Cuenta la historia, que una serpiente comenzó a perseguir a
una luciérnaga. Esta huía asustada y a toda velocidad de la predadora, pero
ella seguía siempre atrás.
Huyó durante un día... dos días... y al tercer día, ya sin
fuerzas la luciérnaga frenó y dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro a otorgar ese privilegio a nadie, pero como
te voy a devorar... pues pregunta!
-¿Pertenezco a tu categoría de alimentos?
-No -contestó la serpiente...
-¿Te he hecho algún mal?
-No... -volvió a responder
-Entonces, ¿por qué quieres terminar conmigo? -siguió la
luciérnaga
-PORQUE NO SOPORTO VERTE BRILLAR...! -terminó diciendo la
serpiente
Moraleja:
Si ya te ha ocurrido o si en algún momento llegas a éste
punto en que debas preguntarte: "¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho
nada malo, ni daño a nadie? ahora ya conoces la respuesta: Porque no soportan
verte brillar!
Si eres luciérnaga, por más que te lo propongas no podrás
dejar de brillar, ¡es tu naturaleza!
Tampoco podrás deshacerte de las serpientes, forman parte de
la naturaleza.
Así que aprovecha tus alas y vuela alto y aunque tu brillo
moleste a los predadores... sigue brillando!